Mi historia de vida
lectora.
Hace 17 años, en una
cálida tarde de…invierno, el 5 de febrero de 1995, nací yo; Andrea Iglesias
Amaya. Única hija de Verónica Amaya y Miguel Iglesias. Y bueno esta es mi breve
historia de vida lectora, la cual espero disfruten.
Primero que nada, mi
querido lector, he de pedirte de forma muy humilde, que me llames Amaya o Andy;
el que sea que prefieras. No es porque no me guste mi nombre, solo que los
nombres completos siempre se me han hecho muy formales. Pero bueno, mejor
continuemos con la historia. Como ya había mencionado anteriormente, tengo 17
años, y si, soy una adolescente irresponsable, desorganizada y contestona. Pero
soy también dedicada y trabajadora, paciente y muy sociable, y el hecho de ser
joven me deja mucho tiempo para agregar un par de cosas más a lista de
virtudes…espero.
¿Y acaso no es el
tiempo bien utilizado, el que acrecienta las virtudes del ser humano? A mi edad es fundamental tener algo
productivo que hacer con tu tiempo, sino puedes caer en malos pasos. Por eso me
alegra decir que yo si tengo en que ocuparme, soy voluntaria, en una guardería
para niños especiales, y he de confesar que es posiblemente, el trabajo más
maravilloso del mundo, y el cual me ha ayudado a crecer como persona.
Un trabajo, no solo
te ayuda a crecer. También aprendes, valoras y cuestionas. Por eso quiero
trabajar en algo que ame, quiero ser médico pediatra en rehabilitación ¿Por
qué? Porque quiero ayudar a todos esos maravillosos seres como con los que
trabajo ¿Para que? Para por lo menos hacer yo un cambio.
Un cambio…es algo
diferente, es un nuevo método. Yo quiero cambiar la percepción humana hacia lo
que es el niño o persona con Síndrome de Down, al trabajar con ellos aprendí lo
maravillosos que pueden llegar a ser y lo difícil que es para ellos ser
aceptados. Mi idea de cambio, mi sueño más grande, es abrir una fundación. Un
lugar en donde aquellos niños con Down, se sientan queridos, protegidos,
“normales”. Una organización que haga campañas de conciencia, un espacio para
mentes abiertas. Sé que será largo el proceso, quiza por los próximos 12 años
de mi vida lo único que haré será estudiar, porque la carrera de médico, no es
nada fácil.
Seré perseverante para lograr mi objetivo cuando leí en libro de la vida
de la maestra Sylvia
García-Escamilla, aprendi que es posible ella
el 3 de abril de 1972 creó la
Fundación John London Down con el objeto
de resolver la necesidad de atender y educar a niños, jóvenes y adultos con
síndrome de Down, alteración cromosómica con la que nació Eduardo, el primero
de sus 5 hijos. El 31 de diciembre de 1972 el pequeño Eduardo falleció en un
accidente, sin embargo, siguió adelante con su misión: Ofrecer atención y
educación de calidad a los niños con síndrome de Down y a sus familias.
Realmente los libros me han abierto nuevos espacios, desde la secundaria en
donde encontré, gracias a mis maestras de Historia y Español, el amor por la
lectura.
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