jueves, 23 de agosto de 2012

De la Peña Lledias Andrea


Mi historia de vida lectora.

En el año de 1992 mis padres originarios de tierras mexicanas, Alejandro y Renata junto con mi hermana Alejandra quien tenía seis años de vida, se mudaron a Guelph, Ontario, Canadá donde dos años después, nací. Me nombraron Andrea la tarde del 7 de junio de 1994. Mi familia y yo retornamos a México donde vivimos cuatro años antes de mudarnos a Melbourne, Australia donde viví cuatro años y medio y experimenté el auge de mi vida lectora, pero por ahora, proseguiré a contar quién soy yo. De carácter amistoso y amable un tanto suprimido pues no es la primer impresión que causo en los demás, soy una persona con grandes deseos de vivir al máximo, sin arrepentimientos, causar alegría, ayudar al prójimo, sentir completa y total satisfacción con mis decisiones y encontrar la auténtica felicidad. ¿O no la buscamos todos?

Tras el divorcio de mis padres, he vivido situaciones familiares bastante complejas que sé que han influenciado de gran manera a mi persona, del tal manera que ahora padezco de un tipo de fortaleza que no sabría explicar, una paciencia incalculable, un sentido agudo de percepción y una madurez que alcancé sin disponérmelo.
Unas de las cosas que más me deleita, es la música. Disfruto de música de todo género, sin tener uno favorito. De The Beatles y Metallica a Avicii, a Lady Gaga, hasta Beethoven y Vivaldi, encuentro un mundo inexplicablemente maravilloso y perfecto. Toco el violín y tengo grandes habilidades en el canto, y aún más en el dibujo, sin presumir.

La gran meta de mi vida, es estudiar la carrera de Medicina, vivir en el extranjero o bien, regresarme a Australia y ser un excelente médico especializado en Cirugía Plástica/Reconstructiva. Mi sueño es lograr sentir a las personas esa seguridad que les brinda el amar su ser físico, que aunque muchos lo nieguen, influye grandemente a la expresión y proyección de su belleza interior, que sí, es más valiosa aún.
Retomando Australia, y el auge de mi vida lectora, contaba en el colegio, con un sistema donde se hacían dos visitas a la biblioteca escolar cada semana para escoger tú mismo los libros que desearás leer esa semana. Es decir, los libros no eran asignados por un maestro ni programa. Al regresar a México, me encontré con la sorpresa de tener cinco o seis libros ya escogidos para que yo y otros treinta o más compañeros leyéramos durante un año completo, aparte de las dichosas lecturas de los libros de la SEP. A partir de entonces, mi hábito y gusto por leer se fue desvaneciendo, pues la actividad ya no era un deleite, sino una obligación en la cual si fallabas, recibías una marca negra en tu expediente, diciéndolo así sólo para dramatizar.
En la preparatoria, la situación mejoró disimuladamente pues si disfruté del curso de Lengua Española aunque como mencioné, 'disimuladamente' pues no logró recordar qué obras leímos.
Este año, me alegro de decir que he leído tres libros de mi elección: The Outsiders de S.E. Hinton, The Girl With The Dragon Tattoo de Steig Larsson, Candy de Luke Davies y comienzo con La Divina Comedia de Dante Alighieri. Al relacionar las tres primeras obras, podría concluir que gusto de temáticas dramáticas, misteriosas y de personajes problemáticos un tanto perturbados.
Mi padre siempre ha motivado e impulsado la lectura en mí al igual que mi madre en mis primeros años.
Me es problemático leer pues encuentro muy difícil encontrar un libro que me cautive verdaderamente. Sinceramente, no sé buscar o bien, distinguir un buen libro fácilmente. Confieso que siento que es un azar del destino el encontrar un libro que ame.
Pretendo leer mucho más y siento que he hecho un gran avance al ya haber leído tres libros este año.
La literatura, a mi parecer, es de incalculable importancia para toda persona existente, aunque ante la gran mayoría, pase desapercibida o hasta despreciada. La lectura te abre las puertas a mundos tan ajenos y a la vez tan semejantes a ti. S eres afortunado, aprendes algo sobre ti mismo, obtienes una visión totalmente diferente a la que creías tener ante una situación o simplemente te regala esa escapatoria de tu mundo 'real'.
Finalizo con decir que la literatura te ofrece y regala enseñanzas, posibilidades y conocimientos infinitos. Cada quien decide si aventurarse y arriesgarse o no, a conocer estos conceptos tan inigualables y desconocidos hasta que osas tomar un libro.

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